“Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo
en mí toda codicia, porque sin la ley el pecado está muerto.” Romanos 7:8
Cuando se confronta con
la ley santa de Dios, los hombres pecadores son motivados no a obedecerla, sino
a romperla.
Es un hecho perverso de
la naturaleza caída humana que la forma más segura de hacer que la gente haga
algo es decirle que no lo haga. Cuando la gente ve un letrero que dice "no
pisar el césped" o "no arranque las flores" el primer impulso generalmente
es pisar el pasto y cortar unas flores.
Lo mismo sucede en el
mundo espiritual. La ley de Dios revela lo que es correcto e incorrecto, y los
hombres pecaminosos escogen hacer lo que está mal. En su alegoría clásica
"El progreso del Peregrino", Juan Bunyan, representa vívidamente la
verdad aparente paradójica de que la ley no refrena el pecado sino que lo
provoca. En la casa del Intérprete, a Christian se le mostró un cuarto grande
lleno de polvo. Un hombre con una escoba, representando la ley, apareció y
comenzó a barrer. La nube resultante de polvo casi ahoga a Christian. El punto
de Bunyan era que solamente con barrer un cuarto lleno de polvo no quita el
polvo, sino que lo alborota, así la ley no refrena el pecado simplemente lo
agrava.
¿Eso significa que la
ley es mala? Ciertamente que no, "la ley es santa" (Rom 7:12) debido
a que viene de un Dios santo. Y le hace
bien a los pecadores al exponer su pecado y revelarles su necesidad de un
Salvador. La ley, por lo tanto, no es la culpable, el pecado lo es.
Usándose a sí mismo
como ilustración, Pablo nota que "el pecado, tomando ocasión por el
mandamiento, produjo en mí toda codicia".
"Ocasión" se tradujo de la palabra griega que se utiliza en
términos militares para hablar de una base de operaciones desde donde se podían
lanzar ataques. El pecado utiliza a la ley (especialmente el conocimiento del
bien y del mal que trajo) para lanzar sus ataque contra Pablo.
No tengas miedo en tu
evangelismo de confrontar a los pecadores con las demandas de la ley santa de
Dios. Ellos deben enfrentar su incapacidad absoluta de cumplir con Sus demandas
antes de que puedan reconocer su necesidad de un Salvador.
JOHN MACARTHUR
- (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)