“Cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de
los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar a Pablo,
el cual, fijando en él sus ojos y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a
gran voz: “¡Levántate derecho sobre tus pies!”. Él saltó y anduvo.” Hechos 14:8-10 (Lea:
Hechos 14:1-10)
Fíjate en la manera
maravillosa en la que Dios comenzó a abrir esta ciudad. Pablo y Bernabé no
tenían ni idea de lo que iban a hacer. No formaron un comité y dijeron: “Bueno,
vamos a ver si podemos conseguir el informe de la cámara de comercio sobre la
distribución de la población de la ciudad; entonces podemos dividirla en
cuadrados y evangelizarla de forma sistemática”. No tenían ningún otro plan más
que el estar ahí y el hacer lo que Dios les había mandado a hacer: predicar.
Así que anduvieron al mercado y comenzaron, confiando que el Señor había
preparado a ciertas personas, que tenía gente que había elegido lista para
abrir la puerta a la ciudad.
Al proclamar el
evangelio, eso es lo que ocurrió. Al estar Pablo predicando ―probablemente
durante varios días seguidos― sentado en el mercado había un hombre que había
sido cojo de nacimiento, que nunca había caminado. Evidentemente era bien
conocido a través de la ciudad, habiendo estado allí toda su vida. Oyó lo que Pablo dijo y creyó lo que
declaró sobre el poder de Jesús, el poderoso Hijo de Dios. Pablo le miró y
vio en los ojos de este hombre la fe para creer. De pronto, sin duda guiado por
el Espíritu, le dijo: “¡Levántate derecho sobre tus pies!”. Y el hombre cojo,
aunque nunca había andado en su vida, hizo el esfuerzo de obedecer. Tenía
bastante fe como para intentarlo, y el momento que empezó a obedecer, el poder
para obedecer le fue dado.
Esta es exactamente la
forma en la que la vida cristiana funciona. No hace ninguna diferencia si el
problema es físico, emocional o espiritual; vas a ser mantenido en su
cautiverio hasta que comiences a obedecer la Palabra de Dios sobre ello. Cuando
haces el esfuerzo de obedecer, Dios te libertará. Pero nunca te moverá hasta
que obedezcas. Es así como funciona la fe. La mayoría de la gente es prevenida
de ver cómo Dios obra en sus vidas porque continúan esperando que Dios haga
algo para que puedan creer. No, Él ya ha hecho todo lo que va a hacer por
adelantado. Cuando crees lo que Él dice, entonces te dará el poder para ser
libre. Este milagro es una poderosa
parábola de los muchos que han sido espiritualmente cojos, incapaces de dar un
paso hacia Dios, pero quienes han sido liberados para hacerlo por el
evangelio. Abrió la cuidad de cuajo. Toda la población inmediatamente tomó nota
de Pablo y Bernabé en medio de ellos.
ORACIÓN. Padre, como los
apóstoles, ayúdame a confiar en el Dios viviente, quien está cambiando el
corazón de la gente y rescatando sus mentes del agarre y el poder del maligno.
Ayúdame a regocijarme al ver yo también el poder de la obediencia a la Palabra
de Dios en mi propia vida.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. ¿Qué viene primero, la fe o la
obediencia? ¿Cuál es el significado del orden? ¿Obediencia a qué? ¿Fe en qué, o
en quién? ¿Describe la unión de la obediencia y la confianza nuestro andar
diario con Dios?
RAY STEADMAN - (Dev. "EL PODER DE SU PRESENCIA")