“Vimos allí gigantes … nosotros éramos, a nuestro
parecer, como langostas…” Números 13:33
Allí donde
vayas, te llevas tu mentalidad contigo. Después de cuatrocientos años como
cautivos en Egipto, los israelitas tenían una mentalidad de esclavos. Puesto
que habían sido dominados durante tanto tiempo, no habían aprendido a tomar
decisiones. Y funcionaban mucho mejor cuando otros les decían lo que tenían que
hacer. Al aproximarse a la Tierra Prometida su dirigente envío a doce espías a
reconocerla y diez de ellos volvieron diciendo: “¡Hasta vimos [gigantes]!
Comparados con ellos, parecíamos langostas” (Números 13:33 CST). Pero dos de
los espías, José Josué y Caleb, sabían que Dios estaba con Israel así que su
informe fue: “Subamos a conquistar esa tierra. Estoy seguro de que podremos
hacerlo” (Números 13:30 NVI).
Josué y Caleb habían desarrollado la capacidad de
ver las cosas desde la gran perspectiva de Dios, y ahí radicaba la diferencia entre el éxito y
el fracaso de su empresa; ese mismo secreto cambiará tu mundo. Aprenderás a
“levantar alas como las águilas” (Isaías 40:31) y a ver cada situación “desde
arriba”, a través de los ojos de Dios. Dejarás de mirar la imagen de derrota
del enemigo y te centrarás en el panorama de éxito de Dios. Ese es tu pasaje a
la Tierra Prometida. No es cuestión de fuerza de voluntad, ni tampoco se trata
de una psicología barata. Es aferrarse a la palabra de Dios declarando: “Soy
quien Dios dice que soy … Tengo lo que Dios dice que tengo … y puedo hacer lo
que Dios dice que puedo hacer” (Filipenses 4:13).
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")