“La paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy
como el mundo la da.” Juan 14:27
Paz en la
tierra, eso es lo que todos quieren. Pero nadie puede garantizar la paz externa
porque nadie puede controlar a otra gente o a las circunstancias. Las naciones
firman y rompen tratados de paz con una regularidad atemorizante. Parejas se
quejan diciendo que habría paz en sus hogares sólo si su pareja se comportara
de cierta manera. Nadie puede garantizar paz en el hogar o en el lugar de
trabajo. Sin embargo, siempre debemos esforzarnos en ser pacificadores. Jesús
dijo: Benditos los pacificadores, pues serán llamados hijos de Dios (Mat 5:9),
Pablo instruyó: de ser posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con
todos los hombres (Rom 12:18).
Pero
enfrentémoslo, la paz con otros no siempre es posible, porque la paz no sólo
depende de nosotros. La paz en la tierra es lo que queremos, paz con Dios es lo
que tenemos, la paz de Dios es lo que necesitamos.
Paz con Dios es
algo que tú ya tienes (Rom 5:1). No es algo por lo que luches, es algo que has
recibido cuando naciste de nuevo. El
Príncipe de Paz te reconcilió con Dios al derramar Su propia sangre.
La paz de Dios
es algo que necesitas apropiarte diariamente en tu mundo interno en medio de
las tormentas que parezcan levantarse en el mundo externo (Juan 14:27). Hay
muchas cosas que pueden perturbar tu mundo externo porque no puedes controlar
todas tus circunstancias y relaciones. Pero puedes controlar el mundo interno
de tus pensamientos al permitir que pensamientos de paz de Cristo gobiernen en
tu corazón diariamente (Col 3:15). Puede que haya caos a todo tu alrededor,
pero Dios es más grande que cualquier tormenta. Yo tengo una pequeña placa en
mi escritorio que me recuerda: Nada me pasará hoy que Dios no pueda resolver.
La paz de
Cristo gobernará en tu corazón cuando permitas que las palabras de Cristo
habiten abundantemente en ti (Col 3:16). Y cuando te vuelvas a Él en oración,
la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará tu corazón y tus
pensamientos en Cristo Jesús (Filip 4:7).
ORACIÓN. Príncipe de Paz, gobierna en mi
corazón, dame Tu paz y hazme un pacificador en todas mis relaciones, amén.
NEIL ANDERSON - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)