RETROSPECCIÓN Y EXPECTATIVA
¡Supremo Soberano del mundo visible e invisible!
Mi corazón es
llevado a buscarte por Tu maravillosa gracia y misericordia. Te conservas vivo
delante de mí en mi conversión, en el amanecer de mi primer consuelo espiritual
cuando crucé el Mar Rojo de un modo inesperado.
Me alegro,
pues, por esa travesía inimaginable que me liberó del terror egipcio cuando
casi desesperaba de la vida.
Me alegro ahora
porque eso está fresco y vívido en mi mente. Mi alma es derramada cuando
recuerdo aquellos días conmigo, en los cuales, criatura pobre e indigna sin
sabiduría para caminar ni fuerza que me valiese fui puesto bajo la feliz
necesidad para vivir en Ti y encontrar Tus consuelos desmedidos. Tú eres mi tesoro Divino en el cual habita
toda la plenitud, mi vida, esperanza, alegría, paz, gloria, fin; que yo sea
diariamente cada vez más conformado a Tu imagen, con la mansedumbre y la
serenidad del Cordero en mi alma, y el sentimiento de bienaventuranza
celestial, donde anhelo unirme a los ángeles perfectos, donde la imagen de mi
amado Salvador será totalmente restaurada en mí, para que yo esté pronto a alegrarlo
y servirle.
No temo mirar
cara a cara al rey de los terrores, porque sé que seré tomado, no exterminado,
del mundo. Hasta entonces, déjame brillar y arder por Ti, y cuando llegue a la
última y grande mudanza hazme despertar a Tu semejanza, dejando tras un ejemplo
de que Te glorifique a Ti mientras mi espíritu se alegra en el cielo y mi
memoria sea bendecida en la tierra, con aquellos que conmigo Te alaban por mi
vida.
ARTHUR BENNETT - (Dev. "EL VALLE DE LA
VISIÓN")