¿ES SU CORAZÓN UNA FÁBRICA DE ÍDOLOS?
Por Mike Leake
“Por ahí se puede ver
que la naturaleza del hombre no es otra cosa que un perpetuo taller para
fabricar ídolos… El entendimiento humano, como está lleno de soberbia y
temeridad, se atreve a imaginar a Dios conforme a su capacidad; pero como es
torpe y lleno de ignorancia, en lugar de Dios concibe vanidad y puros fantasmas…
” (Juan Calvino, Institutos, 1.11.8)
He leído esta cita un
par de veces en los libros que tienen que ver con la idolatría. No es ningún
secreto que el corazón humano tiene una propensión a la idolatría. Calvino está
diciendo en realidad nada más que lo que dice el apóstol Pablo en Romanos
1:18-25 –Debido a la caída, la humanidad adora y sirve a la creación en lugar
del Creador–.
Somos idólatras. Con
esa declaración estoy totalmente de acuerdo. Por otra parte, creo junto con
Keller, que “la idolatría es siempre la razón por la que nunca hacemos nada
malo.” Es la raíz de todos nuestros problemas.
Sin embargo, todavía me pregunto si no estamos leyendo
mal y aplicando erróneamente esa cita de Calvino. No creo que un
“perpetuo taller de ídolos” es una descripción precisa de un corazón
transformado por Jesucristo. Tampoco creo que eso es lo que Calvino, o más
importante aún, lo que el apóstol Pablo está diciendo. La referencia de Pablo y
Calvino es la de uno que aún no ha sido redimido.
Decir que todavía
estamos produciendo ídolos a una tasa perpetua es, en mi opinión, negar la obra
transformadora del Espíritu en nosotros.
LA IMAGEN QUE PREFIERO
Creo que las
Escrituras enseñan que éramos idólatras, pero hemos sido lavados, fuimos
santificados, fuimos justificados (1ª Corintios 6:9-11). En otras palabras,
nuestro taller de ídolos fue comprado por otra persona. Tenemos un nuevo
propietario. El taller que es su corazón tiene un letrero en la puerta que
dice: “bajo nuevo dueño”.
Sí, usted todavía agita
un poco de ese producto antiguo. El nuevo jefe no ha vaciado todo el lugar. No
ha despedido a todos. Incluso utiliza algunas de las mismas máquinas que se
utilizan para producir ídolos. La transición es un proceso lento. Como tal, el
taller a veces vuelve a su antigua forma de trabajar. Es por eso que todavía
producen ídolos.
Pero sigue siendo
diferente. Cuando se produce un ídolo ahora se considera un defecto. Lo que una vez fue celebrado ahora se
conoce como decepción. El Administrador aparta a los trabajadores a un lado
y los disciplina. Recuerda a la tripulación que este taller no produce más
ídolos, y poco a poco apunta a la señal que dice “bajo nuevo dueño.”
Algún día serán
reemplazadas todas esas viejas máquinas. Los trabajadores ya no sabrán siquiera
cómo producir ídolos. El taller será total y completamente Suyo. Y en ese día
todos vamos a alegrarnos porque nuestro nuevo Jefe es maravilloso. Él le ha
dado todo lo que necesita para asegurarse de que esta adquisición no resultará
en la misma situación. Amamos a nuestro nuevo Jefe y queremos que este taller
se vea exactamente como Él lo diseñó.
Un día, va…
¿Y USTED?
¿Tiene su corazón con
un nuevo propietario? Si usted todavía está produciendo ídolos sin repulsión,
sin batalla, entonces eso le dice algo. Usted no ha sido aún comprado. Usted
sigue siendo un taller de ídolos. Necesita un nuevo propietario.
USTED NECESITA A JESÚS
Si ha cambiado su
administración, vamos a dejar de rendir homenaje a nuestro antiguo jefe. Vamos
a dejar de pretender que nuestro corazón sigue siendo un taller de ídolos. Ya
no lo es. Se trata de un antiguo taller de ídolos que se está transformando
lentamente en un taller que sirve a su nuevo propietario. ¡Que no se olvide de
eso!.