sábado, 5 de marzo de 2016

No hables del asunto 5 marzo





“Las palabras del chismoso ... penetran hasta las entrañas”  Proverbios 18:8


Los chismes destruyen la reputación y las amistades. Además, impide que otros se abran y reciban la ayuda que necesitan. La Biblia equipara la murmuración con el asesinato (ver Romanos 1:29). Quizá no sea tu intención, pero tus palabras pueden romperle el corazón a alguien. No es de extrañar que la gente murmure en la peluquería o en el trabajo pero ¿y en la iglesia? Allí no parece tan evidente porque somos expertos en disfrazarlo. Por ejemplo, un amigo te confía un asunto matrimonial o el problema de drogas de su hijo ¿y qué haces? Agarras el teléfono y llamas a la cadena de oración. “Lo compartes” bajo la apariencia de petición de oración. Santiago escribió: “Si alguno ... no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana” (Santiago 1:26).
                
¿Por qué es Dios tan tajante con la murmuración? Porque el mensaje que damos al mundo es que no se puede confiar en ciertos cristianos, que alguien con un problema está más a salvo en un grupo de terapia secular que en una iglesia. ¿Te has fijado en que los chismes corren más rápido de boca de pajaritos amargados? Y algunos de los mayores transgresores son líderes cristianos que intentan impresionar a sus iguales divulgando detalles de las luchas de otros. Si eres de los que divulgas cosas tienes que orar así: “¡Sean, pues, aceptables ante Ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor” (Salmos 19:14 CST). Si te obliga hablar, habla con Dios.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN