martes, 4 de agosto de 2015

Todo le pertenece al Señor (2) 4 agosto




“Les di de comer, y quedaron saciados, y una vez satisfechos, se volvieron arrogantes y se olvidaron de mí.”  (Oseas 13:6 NVI)


Escribe Pablo: “A los ricos de este mundo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos y generosos” (1 Timoteo 6:17-18). ¿Eres “rico de este mundo”? Casi la mitad de los habitantes de la tierra (más de tres mil millones de personas) viven con menos de 3 euros al día. Si ganas más que eso, ya eres rico en comparación. Pero la prosperidad llega con una advertencia: no te vuelvas arrogante. “Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso” (Proverbios 16:18 NVI). El historiador escocés Thomas Carlyle escribió: “La adversidad es dura de aceptar. Pero por cada cien hombres que saben enfrentar la adversidad hay uno que sabe manejar la prosperidad”.

Dios quiere que disfrutes de las cosas pero que no te obsesiones con ellas. Acumular posesiones, por pocas que sean, tiende a eclipsar a Dios. Existe una trayectoria bastante predecible de la pobreza a la arrogancia. El pobre ora y trabaja; Dios lo escucha y bendice; éste se enriquece y se olvida de Dios. Y así es como el pobre y fiel se vuelve rico y arrogante. Como Dios dijo por medio de Oseas: “Les di de comer, y quedaron saciados, y una vez satisfechos, se volvieron arrogantes y se olvidaron de mí” (Oseas 13:6 NVI). ¿Cómo puedes evitar caer en la trampa? Recuerda que todo lo que tienes proviene de Dios y que Él es la fuente de todo lo que vas a necesitar en el futuro. Así que vive con un corazón agradecido y en total dependencia de Él.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN