“… Te ruego que
me dejes recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas…” Rut 2:7
(Leer: Rut 2:1-12)
Mi hija y yo consideramos que los brownies son una de las
siete maravillas del mundo culinario. Un día, mientras mezclábamos los
ingredientes de nuestra receta favorita, mi hija me preguntó si podía dejar un
poco de masa en el bol después de colocarla en el molde para hornear. Ella
quería saborear lo que quedaba. Sonreí y le dije que sí. Después, agregué:
«¿Sabes cómo se llama eso? Recoger y juntar. Y esto no comenzó con los
brownies».
Mientras disfrutábamos los restos de nuestro proyecto de
cocina, le expliqué que Rut había recogido las sobras de los granos, para que
ella y su suegra Noemí tuvieran qué comer (Rut 2:2-3). Como ambas eran viudas,
habían regresado a la tierra de Noemí. Allí, Rut conoció a Booz, un acaudalado
terrateniente, y le pidió: «Te ruego que me dejes recoger y juntar tras los
segadores entre las gavillas» (v. 7). Él accedió generosamente y les dijo a sus
empleados que dejaran caer granos a propósito para ella (v. 16).
Tal como Booz, quien dio a Rut de la abundancia de sus
campos, Dios también nos provee generosamente. Sus recursos son infinitos, y
derrama sus bendiciones para nuestro beneficio. Con generosidad, nos alimenta,
tanto física como espiritualmente. Toda buena dádiva proviene de Él.
Querido Dios, te alabo por ser mi proveedor.
Nuestras mayores necesidades no superan nunca los
recursos ilimitados de Dios.
(La Biblia en
un año: Salmos 77-78 – Romanos 10)
JENNIFER BENSON
S. - (Devocional “NUESTRO PAN
DIARIO")


