“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que
no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad.” 2 Timoteo 2:15
Observemos en detalle
las variadas causas o excusas para la deserción. ¿Por qué renuncian a la
profesión de fe que una vez hicieron? La razón fundamental es una falta de
gracia, una ausencia de fe verdadera, de santidad vital. Sin embargo, quiero
con ansiedad referirme a las razones externas que muestran la apostasía interna
del corazón. Hay algunos en la actualidad, como existían también en los tiempos
de Jesús, que se apartaron de Cristo porque no podían soportar su doctrina. Hay
muchos aspectos en los que el evangelio resulta ofensivo a la naturaleza humana
y el orgullo de la criatura se rebela.
Las doctrinas erradas conducen a muchos a la apostasía. Empiezan leyendo
artículos con el objetivo de responder al escepticismo científico o
intelectual. Leen un poco más y avanzan un poco más profundo en esa corriente
turbia, porque se sienten capaces de lidiar con esas corrientes insidiosas.
Continúan, hasta que al final quedan atrapados. No acuden a aquellos que
pudieran ayudarlos en su lucha, sino que continúan hasta que ya no dan pie, y
el que dijo que era un creyente termina siendo un ateo empedernido, dudando
incluso acerca de la existencia de Dios. ¡Ay, si aquellos que son bien
enseñados estuvieran contentos con la enseñanza que reciben! ¿Por qué coquetear
con las herejías? ¿Qué pueden hacer ellas, sino contaminar sus mentes? Insiste
en el estudio de la Palabra de Dios. Si te toca enfrentarte con estos males,
hazlo con valentía, orando a Dios para que te ayude. Pero si no es necesario,
¿qué tienes que hacer tú probando un material tan nocivo como ese?
(A través de la Biblia en un año: Hebreos 1-2)
CHARLES SPURGEON - (Dev. “A LOS PIES DEL MAESTRO”)


