“… Entraré a ver al rey… y si perezco, que perezca.” Ester 4:16
Esther, una
joven judía casada con un rey pagano, rompió con la tradición y el protocolo y
entró al salón del trono para hablar con su esposo, le expresó su sentir y con
ello evitó la aniquilación de su pueblo judío. Una joven salvó a una nación
porque estaba dispuesta a arriesgarlo todo. ¿Te sientes inútil hoy? ¿Estás
pensando que otra persona debería estar haciendo ese trabajo y no tú? Si es
así, lee las palabras escritas por el clérigo Edward Everett Hale: ‘No soy más
que uno, pero al menos soy uno. No puedo hacerlo todo; pero puedo hacer algo: y
el no poder hacerlo todo no me va a impedir hacer ese algo que puedo”. ¿Cuántas
personas fueron necesarias para auxiliar al moribundo en el Camino de Jericó?
Un buen samaritano. ¿Cuántas personas se
necesitaron para confrontar al Faraón y encabezar el éxodo de Egipto? Un
hombre, Moisés.
Un renombrado
experto en asuntos de liderazgo escribió: “Dios ha puesto un ideal en ti. Es
tuyo y de nadie más. Este define tu singularidad y contiene todo tu potencial.
Solo tú lo puedes realizar. Solo tú puedes vivirlo. Si no te cercioras de cuál
es y lo llevas a cabo, saldrás perjudicado tú y todos aquellos que se podrían
haber beneficiado de tu sueño”. El poeta John Greenleaf Whittier escribió: “De
todo lo jamás dicho o escrito, las palabras más tristes son ‘lo que podría
haber sido’”. En tus últimos años ¿Vas a mirar atrás y sentir que pasaste la
vida cumpliendo expectativas ajenas? ¿O vas a comprobar que viviste al máximo,
luchando por cumplir el ideal que Dios te dio? Piénsalo bien ahora, mientras
todavía estás a tiempo de cambiar de dirección.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


