“Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse
maldición por nosotros, pues está escrito: "Maldito todo el que es colgado
de un madero." Galatas 3:13
La llave para entender
el clamor de Jesús de la cruz se encuentra en la carta de Pablo a los Gálatas (Gal
3:13).
El ser maldecido es ser
eliminado de la presencia de Dios, ser echado fuera de casa, ser quitado de Sus
beneficios. En la cruz, Jesús fue maldecido. Esto significa que Él representó a
la nación judía de los que habían quebrantado el pacto, quienes estaban
expuestos a la maldición y tomó toda la maldición sobre Sí mismo. Como el
Cordero de Dios, portador de pecado, fue cortado de la presencia de Dios.
En la cruz, Jesús entró en una experiencia de abandono por
nuestro beneficio. Dios le dio la espalda a Jesús y lo separó de toda
bendición, de toda gracia y de toda paz.
Dios es demasiado santo
como para aún mirar la iniquidad. Dios el Padre le dio la espalda a Su Hijo,
maldiciéndolo hasta el abismo del infierno mientras fue colgado en la cruz.
Aquí estaba el Hijo "descendiendo al infierno", aquí la ira de Dios
se encendió en su contra. Su grito fue el grito de los condenados. POR
NOSOTROS.
Y todo esto para que
por medio de Él llegara la bendición prometida a Abraham a nosotros. Él fue
maldecido para que tú y yo fuéramos bendecidos
ORACIÓN. Señor, no puedo comprender todo lo que has hecho por
mí, gracias por tu amor tan grande, por haber pagado en la cruz lo que yo
debía, es un favor inmerecido el que me has hecho, viviré eternamente agradecido
y alabaré tu nombre por siempre.
ROBERT C. SPROUL -
(DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)


