“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23
La persona espiritual
también tiene un cuerpo, alma y espíritu. Sin embargo, este individuo ha sido
transformado notablemente de la persona natural que era antes de su nacimiento
espiritual. En la conversión, su espíritu se unió al Espíritu de Dios. La vida
espiritual que resulta de esta unión se caracteriza por el perdón de pecados,
la aceptación en la familia de Dios y la realización del valor personal.
El alma de la persona
espiritual también refleja un cambio generado por el nacimiento espiritual.
Puede ahora recibir sus fuerzas del Espíritu no solo de la carne. Su mente se
está renovando y transformando. Sus emociones están caracterizadas por paz y
gozo en lugar de disturbio. Es nuestra responsabilidad escoger no caminar de
acuerdo a la carne sino caminar de acuerdo al Espíritu. Una persona espiritual
ejercita su elección de vivir en el espíritu y su vida lleva el fruto del
Espíritu (Gal 5:22-23).
Como una persona
espiritual, tu cuerpo es el templo de Dios. Debemos ofrecer nuestros cuerpos
como un sacrificio vivo de adoración y servicio a Él. La carne, condicionada a
vivir independientemente de Dios bajo sí misma, sigue presente en la persona
espiritual. Pero esta persona
responsablemente crucifica la carne y sus deseos diariamente al considerarse
muerto al pecado.
"¡Eso se escucha
muy bonito!" Quizá digas, "soy cristiano y todavía tengo problemas,
sé que estoy vivo espiritualmente pero en ocasiones mi mente tiene malos
pensamientos. En ocasiones he caído en las obras de la carne, a veces consiento
los deseos de la carne en lugar de crucificarlos".
La descripción de la
persona espiritual es la ideal. Ese es el modelo de madurez hacia la cual todos
estamos creciendo. Dios te ha dado toda provisión para que experimentes
personalmente la descripción de la persona espiritual de Su Palabra (2 Pedro
1:3). Crecerás como una persona espiritual y glorificarás a Dios en tu cuerpo
conforme vayas aprendiendo a crucificar la carne y a ser lleno del espíritu.
ORACIÓN. Amado Señor, es liberador saber que Tu Espíritu vive
verdaderamente en mí. Elijo caminar como una persona espiritual hoy, gracias
por tu obra en mi vida, en el nombre de Jesús, amén.
NEIL ANDERSON -
(DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)