“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para
estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por
el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” Romanos
8:15
Clara asistió a una
universidad ministerial de una iglesia en la cual yo estaba involucrado hace
varios años. Físicamente Clara no tenía mucho a su favor, tenía una figura
regordeta y un mal cutis. Su padre era un borracho vagabundo que había
abandonado a la familia. Su mamá trabajaba en dos empleos sólo para suplir las
necesidades. Su hermano mayor, un drogadicto, se la pasaba saliendo y entrando
de su casa.
Cuando conocí a Clara
era la peor tímida, no creí que hubiera manera de que pidiera competir por
aceptación en la sociedad universitaria la cual es atraída por belleza física y
éxito material. Pero para mi sorpresa, supe que todos en el grupo querían a
Clara y les gustaba estar cerca de ella. Ella tenía muchos amigos y más tarde
se casó con el mejor chico de nuestro departamento de la universidad.
¿Cuál era su secreto?
Clara simplemente creía lo que percibía de ella misma, era una hija de Dios.
Ella se aceptó por lo que Dios dijo que ella era en Cristo, ella simplemente se comprometió a la meta
que Dios puso para ella en la vida: ser conformada a Su imagen y amar a los
demás. Ella no era ninguna amenaza para nadie, en lugar de ello era tan
positiva y linda con los demás que todos la querían.
Las experiencias de
Clara ilustran la importancia de establecer nuestras vidas en lo que creemos en
lugar de cómo nos comportamos. Ella sabía que no podía competir con el mundo,
así que aceptó gustosa su herencia espiritual, le creyó a Dios y vivió conforme
a ello. Necesitamos apretar firmemente la Palabra de Dios antes de que podamos
experimentar mucho éxito en el cristianismo práctico. Necesitamos entender quiénes
somos como resultado de quién es Dios y lo que Él ha hecho. Un sistema de
conducta productivo cristiano es el subproducto de un sistema sólido de
creencia cristiana, no al revés.
ORACIÓN. Padre, gracias por las "Claras" en mi vida,
quienes reflejan Tu belleza. Perdóname por enfocarme en mí mismo en lugar de
buscarte a ti y tus cualidades eternas, en el nombre de Jesús, amén.
NEIL ANDERSON - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)