VIERNES SANTO
"...¡Despertad y cantad, moradores del polvo!..." Isaías 26:19
Para Aristóteles la
muerte era a lo que más se le debía temer porque "parecía ser el fin de
todo". Jean-Paul Sartre opinaba que "la muerte le quita el sentido a
la vida". Robert Green Ingersoll, uno de los agnósticos más prominentes de
EEUU, al no poder pronunciar un mensaje de esperanza en el entierro de su
hermano, dijo: 'La vida es un valle estrecho entre las cimas áridas y heladas de dos
eternidades. En vano nos esforzamos por ver más allá de las cumbres'. Las
últimas palabras del humanista francés François Rabelais fueron: 'Me voy en
busca del "Gran Quizás"'. En Hamlet, Shakespeare describe la vida de
ultratumba como "el temor de que exista algo más allá de la Muerte, ese
país desconocido de cuyos límites ningún caminante retorna". Claramente,
la incredulidad no sólo es una forma triste de vivir, sino también una forma
trágica de morir. Cierto humorista bromeó: 'Mi intención es vivir para
siempre... por ahora, vamos bien'.
Pero ¿y si la muerte es algo diferente a lo que piensan
algunos filósofos? ¿Un pasadizo en lugar de una maldición? ¿Una esquina que
doblar en vez de una crisis que evitar? ¿Y si el cementerio no es el lugar de
La Parca (personaje de capucha negra con guadaña) sino el ámbito donde está el
Protector de las Almas hasta que anuncie un día: "¡Despertad y cantad,
moradores del polvo!" (Isaías 26:19)? Pablo escribió: "Si solamente
para esta vida esperamos en Cristo, somos más dignos de lástima de todos los
hombres. Pero ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que
murieron es hecho, pues por cuanto la muerte entró por un hombre, también por
un hombre la resurrección de los muertos" (1 Corintios 15:19-21). La
muerte no es el "Gran Quizás". No. ¡Tu último día en la Tierra será
la proclamación de tus mejores días por venir!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


