lunes, 2 de marzo de 2015

'¿Tú también, Brutus?' (2ª Parte) 2 marzo




"Dios... me oirá y los humillará"  (Salmos 55:19 NTV)


David escogió el mejor camino. En lugar de hablar a los demás de su corazón herido, desahogó su dolor y decepción ante Dios orando tres veces al día (Salmos 55:17). En las conversaciones con su Padre celestial, David le entregó la tarea de sanar su alma. Rodeado de enemigos y en peligro de muerte, sabía que Dios humillaría a aquéllos y lo mantendría a salvo. En cambio, si se escoge el camino fácil donde uno se deja llevar por los impulsos en lugar de renovar la mente con la Palabra de Dios (Romanos 12:2), el sendero se llenará de decepciones y de remordimientos.

Esto es lo que sucederá:

1) Inhibirás tu capacidad de tener fe. Cuanto más le des vueltas al daño que te han hecho, más decrecerá tu fe.

2) Anularás tu capacidad de colaborar con otros. Las sospechas y la desconfianza te impedirán tener una relación saludable con los demás.

3) No serás capaz de recibir ayuda de otros. Si no confías en nadie más que en ti, te vuelves escéptico e incluso paranoico cuando alguien te ofrezca ayuda.

4) Te aislarás. Tus posibles amigos captarán que estás a la defensiva y te evitarán. Y lo peor de todo, serás culpable de tu soledad.

5) Tú mismo serás un obstáculo a la recuperación. Una vida desprovista de relaciones genuinas impedirá que sane tu corazón.

6) Te quedarás anclado en el pasado. A menos que sigas adelante, el pasado te hundirá y te hará su esclavo. El único modo de alcanzar el alivio y la restauración es tratando con la traición a la manera de Dios.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN