NUESTRA IDENTIDAD EN CRISTO
Por Henry Tolopilo
En Efesios 1 el apóstol Pablo
escribe: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en El antes de la fundación del mundo.
¿Te has puesto a pensar en las implicaciones de esta tremenda
declaración? Como hijos de Dios tenemos una identidad totalmente nueva a lo que
éramos antes de nuestra salvación.
Mucha gente piensa que la religión que uno profesa es irrelevante porque
todas las religiones, al fin y al cabo llevan al mismo destino. Pero no es así;
claramente el cristianismo es único y exclusivo. El Señor Jesús dijo que El es
el único camino que lleva a Dios (Jn.
14:6). El es la única fuente de salvación (Hechos 4:12; 1 Tim. 2:5) y El es el único que te sostiene seguro
hasta que llegues al cielo (Jn. 10:28).
Como cristiano, tú estas para siempre unido e identificado con Cristo.
Tu identidad espiritual ha sido radicalmente cambiada. De estar
espiritualmente muerto has pasado a tener vida (Ef. 2:1-5). En Cristo fuiste hecho nueva criatura (2 Co. 5:17), y has sido transferido
del reino de las tinieblas al reino de Su Amado Hijo (Col.1:13). En Cristo eres hecho Justicia de Dios (2 Co. 5:21), y compartes Su herencia
eterna (Rom. 8:16-17). Todas estas
bendiciones, y muchas otras, son tuyas por virtud de estar en Cristo.
Cuando Dios te mira ya no te ve tu propia naturaleza, ni tu condición
presente, ni tu estado de ánimo, sino que El Padre te ve en su Hijo Jesucristo cubierto con Su Justicia. En un
sentido real, lo que Cristo es, tú lo eres también, y donde El está tú estás (Ef. 2:6; Col. 3:3). ¿No es todo esto
impresionante?
Pero quiero que observes algo más que Pablo declara en este pasaje: Tu
nueva identidad en Cristo resulta del hecho de que Dios personalmente te
escogió en El para ser su hijo desde antes de que el mundo existiera. El te
escogió como hijo sin que ello tuviera algo que ver contigo. No vio en ti virtudes u obras que te hicieran
atractivo a Dios, NO. Sino que en su gracia y amor eterno por ti te escogió
para ser Su Hijo. Esto te debe dar un increíble sentido de identidad y valor.
No permitas que el pecado, Satanás, tus pensamientos equivocados o
cualquier circunstancia te roben tu sentido de identidad en Cristo. Si estás en
Cristo esta identidad es para siempre y nada ni nadie te podrá separar de El (Rom. 8:38-39).
Da gracias a Dios porque estás en Su Hijo y el hecho de que esta
identidad no tuvo ni tiene nada que ver contigo, ya que todo esto es de El (1 Co. 1:29-31). Que el Señor te anime
hoy al meditar en estas verdades.