"...somos el aroma de Cristo..." (2 Corintios 2:15 CST)
"...Somos el aroma
de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden. Para éstos somos
olor de muerte que los lleva a la muerte; para aquéllos, olor... que los lleva
a la vida" (v. 15-16 CST). Cuando el ejército romano ganaba una batalla,
hacían desfilar por la calle a sus enemigos encadenados. Y como parte de la
celebración, quemaban incienso en una serie de altares por toda la ciudad. Así,
los que no podían ver la procesión sabían que el ejército había triunfado
porque podían oler el incienso. El aroma simbolizaba su victoria, y aquí hay
algo de lo que puedes aprender. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a
llevar con nosotros "la fragancia de Su conocimiento" (v. 14 CST).
Olvídate de Estée Lauder y de Chanel Nº 5. Tu vida debería estar tan impregnada
de la presencia de Dios que todo el mundo a tu alrededor pudiera sentirlo. Al fin y al cabo, eres la prueba más
convincente de que Jesús está vivo y presente en Sus hijos.
En las grandes
catedrales europeas hay hermosas vidrieras ilustrando acontecimientos de la
vida de Cristo. Y aunque está bien apreciar semejantes obras de arte, Dios no
necesita valerse de ventanas en iglesias para contar Su historia. En su lugar,
usa a creyentes nacidos de nuevo, entregados y encendidos. ¿Te has fijado que
cuanto más tiempo lleva viviendo junto un matrimonio más se parecen los dos en
su forma de hablar y de actuar? Lo mismo ocurre con nosotros. Cuanto más tiempo
pasemos con Jesús, hablándole, meditando en Su Palabra y disfrutando de Su
presencia, más la gente nos preguntará: '¿Qué perfume llevas?'.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")