“Entonces él [Jesús] les dijo: …¿No era necesario
que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?” Lc. 24:25–26
¿Por qué puso
Mateo tanto énfasis en los sufrimientos de Jesús? Es entendible que hubiera
enfatizado la cruz, porque Cristo murió por nuestros pecados, y su cruz es la
esencia del evangelio. Pero ¿por qué su énfasis sobre su pasión, es decir, sobre
los sufrimientos?
En primer lugar, el sufrimiento identificaba a
Jesús como el auténtico Mesías. Había enseñado abiertamente que el
Hijo del Hombre debía sufrir muchas cosas y entrar a su gloria mediante el
sufrimiento. Dado que la característica distintiva de su Evangelio es presentar
a Jesús como el cumplimiento del Antiguo Testamento, Mateo presta atención a
ese aspecto en la historia de la pasión. ¿Fue Jesús traicionado y abandonado
por sus amigos? Ese era el cumplimiento de Salmos 41:10: ‘Hasta mi íntimo amigo
en quien confiaba, el que comía de mi pan, me ha traicionado.’ (BLP). ¿Lo
maltrataron y repudiaron terriblemente? Fue así en cumplimiento de Isaías 53:3:
‘Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en
quebranto’. ¿Mantuvo dignamente el silencio delante de sus jueces? Lo hizo en
cumplimiento de Isaías 53:7: ‘como cordero fue llevado al matadero; y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca’. ¿Lo
azotaron, lo golpearon, le pegaron en el rostro, le escupieron? Fue en
cumplimiento de Isaías 50:6: ‘Ofrecí mi espalda a los que me azotaban, mis mejillas
a los que mesaban mi barba; y no me tapé la cara cuando me insultaban y
escupían.’ (BLP). Todas estas cosas, implica Mateo, eran señales del verdadero Mesías,
el Siervo sufriente del Señor.
En segundo lugar, el sufrimiento también identifica
a la comunidad mesiánica. La octava bienaventuranza registrada por Mateo
declara que ser perseguido es una característica necesaria de los seguidores
del Mesías. Esto sigue siendo verdadero en nuestros días. Según Paul Marshall,
en su bien documentado libro Their Blood Cries Out (Su sangre clama), entre 200
y 250 millones de cristianos son perseguidos en la actualidad por causa de su
fe, y unos 400 millones más viven bajo severas restricciones a la libertad
religiosa. Estos sufrimientos son una insignia tanto del Mesías como de sus
discípulos.
(Para continuar leyendo: 1 Pedro 2:13–25)
JOHN STOTT - (Devocional “TODA LA BIBLIA EN UN AÑO”)