Todos los profetas del
Antiguo Testamento predijeron que el pueblo de Dios de entraría en el fuego
purificador. “Y meteré en el fuego a la
tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se
prueba el oro.” (Zacarías 13:9).
“Porque él es como
fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y
limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y
como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia” (Malaquías 3:2-3).
Dios le dijo a
Jeremías: “¿No es mi palabra como fuego?” (Jeremías 23:29). Y Jeremías dijo:
“había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos” (Jeremías
20:9). ¡Dios está enviando una vez más palabra de fuego purificador, tan
ardiente como las brasas sobre Su altar! Él está aumentando el calor. Verás
cómo cada vez más el Señor envía santos profetas que han sido purificados como
mensajeros. “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno” (Malaquías
4:1).
Siempre que la plata o
el oro se refinan por fuego, todas las impurezas, aleaciones, metales de
inferior calidad, suciedad, pequeñas manchas de residuos y escorias salen a la
superficie. Satanás viene cuando Dios te
tiene en este proceso de purificación y estás aprendiendo de Su Palabra al rojo
vivo. A medida que las impurezas son sacadas a la superficie y la
corrupción oculta es separada por el fuego, el diablo dice: “Mira en el crisol
y dime qué es lo que ves. Suciedad e impurezas de todo tipo. Cuanto más
ardiente es el mensaje, más suciedad aparece. ¡Mírate, un crisol de fundidor
lleno de suciedad y corrupción! ¡Nunca lo vas a lograr! ¡Has estado aprendiendo
de la Palabra durante años y todo lo que tienes es suciedad!”
Tu le respondes:
“Diablo, ¿Ves a Aquel que está sentado a mi lado? Ese es mi Maestro, el
Refinador. Él está avivando las llamas y es Él quien me puso en este fuego. Y,
diablo, ¡Esa escoria es sólo superficial! ¡Debajo de eso, el crisol completo
está lleno de oro! El Señor nos está preparando. ¿Ves lo que tiene en su mano?
Es un colador, y cuando esté listo, va a quitar la suciedad de la parte
superior del crisol y lo va a seguir limpiando hasta que un día mirará dentro y
sonreirá… ¡Porque verá Su propio rostro reflejado, allí mismo, reflejado en mí!
"
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)