Nunca voy a entender
cómo es que algunas personas pueden decir que Jesús es su Salvador y aún así
vivir como si nunca hubiesen experimentado Su gracia salvadora. Cómo pueden
pedirle a Dios que los redima mientras viven vidas sin arrepentimiento ni
remordimientos. Cómo pueden hablar como si conocieran a Cristo cuando sus
acciones muestran claramente que no saben nada acerca de Él.
Este tipo de personas
le hacen más daño al reino, que todo lo que Satanás podría aspirar a lograr
jamás. Ellos son grandes aliados del enemigo en un mundo que ya busca la manera
de subestimar las declaraciones de Cristo. Pablo nos dice: “No se amolden al
mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente”
(Romanos 12:2). Durante demasiado tiempo, los cristianos se han amoldado a las
costumbres del mundo. Hemos permitido que el mundo no sólo nos afecte, sino que
nos infecte por completo. Que tome el control de nuestros corazones y mentes, y
nos mantenga atados al pecado, incluso a pesar de que nos convencemos a
nosotros mismos de que somos libres.
Pero Jesús promete transformar nuestros corazones y mentes,
renovarnos y cambiar nuestra forma de pensar, de vivir y de actuar. Si no le hemos
permitido que haga eso, no lo hemos aceptado realmente.
“Crea en mí, oh Dios,
un corazón limpio”, escribió David, “y renueva un espíritu recto dentro de mí.”
(Salmo 51:10). Estas palabras deberían representar el deseo de todo seguidor de
Cristo. Debería ser nuestra oración diaria. Pedirle a Dios un nuevo corazón y
una nueva mente, suplicar una vida pura, luchar momento a momento por vivir con
mayor misericordia y gracia e inocencia, para llegar a ser más como Jesús cada
día que pasa.
Cuando el mundo nos
mira, lo que ve definirá su perspectiva de Dios. Definirá la manera en que
perciben a nuestro Padre celestial, lo que piensan de Él, y cómo llegan a
comprender Su bondad y gracia. Somos embajadores del reino de Dios en un mundo
perdido y caído. Y nuestras acciones, tanto buenas como malas, reflejarán
directamente a Dios.
NICKY CRUZ - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)