"Abraham
creyó al señor [confió, descansó, se mantuvo firme en él]" Génesis 15:6
Abraham provenía de una tierra donde se
adoraba a ídolos. Fue el primero de su familia en servir al Dios verdadero.
Para ello, tuvo que superar su trasfondo, su formación y las opiniones de los
vecinos. En obediencia a un Dios que no conocía del todo, abandonó la familiar
para ir a un destino incierto. ¿Tuvo fallos y debilidades? Claro; busca a
alguien que no los tenga. ¿Cometió errores? Sí, ¡y gordos! Pero lo que
impresiona es lo que Dios hace por y a través de un hombre o mujer que confíe,
descanse y se mantenga firme en Él. Hay una frase que resume cómo sirvió
Abraham a Dios: "De todo corazón".
Dios hizo un pacto con Abraham
prometiéndole fama, salud, larga vida, protección y un hijo milagro a su
avanzada edad. Y las bendiciones de
Abraham también son promesas para ti cuando aceptas a Jesús como tu Señor y
Salvador (Gálatas 3:14). Habría sido fácil seguir el rastro a Abraham
porque allí donde iba, siempre construía un altar a Dios. Constan varios en las
Escrituras y el más famoso es en el que colocó a su hijo Isaac (Génesis 22). No
había nada ni nadie que Abraham amara más que a Dios. Y lo que el Señor hizo
por Abraham, lo hará por ti si Le sirves incondicionalmente. Hará que la gente
te mire y diga: 'Ese hombre, esa mujer, sirven a un Dios que de verdad se
interesa por ellos; nadie más podría hacer que les vaya así en la vida".
La bendición de Dios es lo que consigues a cambio de una devoción sin límites.
Visto así, el precio que hay que pagar es bastante bajo.
BOB
Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")