La oración y la
humildad, junto con un odio por el pecado, producen un “ánimo para trabajar”. “Edificamos, pues, el muro, y toda la
muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo
para trabajar.” (Nehemías 4:6). Los verdaderos avivamientos de santidad
siempre producen trabajadores. Libros y seminarios y conferencias no lo hacen…
¡Pero el avivamiento lo hace!
Cuando Dios está
haciendo algo genuino entre Su pueblo, Satanás conspira contra ellos. “Pero
aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de
Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos
comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una
para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.” (Nehemías 4:7-8).
¡El enemigo se enojó
mucho y conspiró para subir contra ellos para luchar y para obstaculizarlos! Su
táctica era infiltrarse en secreto en medio de ellos acercándose sigilosamente
de forma inesperada. “No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y
los matemos, y hagamos cesar la obra” (Versículo 11).
Planearon poner en
medio de ellos un ejército secreto de personas falsas encubiertas. El enemigo no hizo un ataque abierto,
repentino o frontal, sino que dijo: “¡Vamos a llegar desde en medio de ellos!”
¡La táctica era
sabotaje interno! El enemigo dijo: “Nunca sabrán lo que está sucediendo”.
Y la estrategia de
Satanás nunca ha cambiado. Incluso ahora está enviando sus “ángeles de luz” en
las reuniones alrededor del mundo con sabotaje y seducciones doctrinales.
¿Cómo podemos
detectarlos? ¿Cuál es nuestra salvaguardia? “Entonces oramos a nuestro Dios, y
por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche” (Nehemías
4:9). La clave aquí es un intenso odio por el pecado, verdadero
quebrantamiento, oración ferviente y constante vigilancia, junto con mantenerse
saturado con la Palabra de Dios.
Amado, permite que el
Espíritu Santo escudriñe tu corazón muy profundamente, para que andes
totalmente libre de culpa ante el Señor en esta hora tardía.
DAVID WILKERSON -
(DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)