"Amasías hizo lo recto ante los ojos del
señor, aunque no de todo corazón" (2
Crónicas 25:2 NTV)
El rey Amasías
hizo lo recto, pero no lo hizo "de todo corazón". Tú también puedes
hacer lo recto y no ser bendecido. ¿Por qué? Porque lo hiciste con actitud
errónea. Tomemos, por ejemplo el tema de dar. El apóstol Pablo escribe:
"Tened esto en cuenta: "Quien siembra con miseria, miseria cosechará;
quien siembra a manos llenas, a manos llenas cosechará". Dé cada uno según
le dicte su conciencia, pero no a regañadientes o por compromiso, pues Dios ama
a quien da con alegría.
Dios, por su
parte, tiene poder para colmaros de bendiciones de modo que, siempre y en
cualquier circunstancia, tengáis lo necesario y hasta os sobre para que podáis
hacer toda clase de buenas obras. Así lo dice la Escritura: Repartió con largueza a los necesitados, su
generosidad permanece para siempre.
El que proporciona semilla al sembrador y pan para que coma, os
proporcionará también y hará que se multiplique vuestra simiente y que crezca
el fruto de vuestra generosidad.
Colmados así de riqueza, podréis repartir con una total liberalidad que,
por mediación mía, redunde en acción de gracias a Dios" (2 Corintios
9:6-11 BLP).
Destaquemos dos
cosas:
1) Tu grado de dar determina tu grado de
recibir.
2) Tu actitud al dar determina la
abundancia de lo que recibes.
Así que cuando
consideres lo que vas a dar, ten en cuenta la bondad de Dios para ti, decide la
cantidad y hazlo con alegría de corazón. ¡La actitud es lo que cuenta!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


