La primera vez que hice
mi compromiso con Dios, no tenía nada que darle excepto mi corazón. Yo era un
pandillero arrogante y socialmente inexperto, un chico de la calle.
Fui a un instituto
bíblico en California para enderezar mi vida, para alejarme de Nueva York y la
vida de las pandillas. Aunque estaba en el instituto bíblico, no me interesaba
convertirme en un predicador o evangelista. Con mi acento latino, no me podía
imaginar que Dios me llamara a hacer tal cosa. De hecho, no me podía imaginar
que hubiera algo para lo que me pudiera usar. ¿Qué de bueno tenia yo? ¿Qué cosa
buena podría hacer para Dios? Yo estaba confundido y perdido.
Una noche estaba en mi
habitación sintiéndome más perdido y solo que nunca. Tendido en el suelo, de
espaldas y mirando fijamente al techo, comencé a orar: “Dios, ¿por qué tengo
que sufrir tanto? ¿Qué quieres que haga? ¡Te amo, Dios, pero no sé lo que
quieres de mí! Por favor, dame un sentido de dirección y paz. ¡Por favor,
muéstrame lo que quieres!”
Durante horas estuve tendido en el suelo suplicándole a Dios
que rompa Su silencio. De repente sentí una calma increíble en mi espíritu. Se
apoderó de mí como una ola. Cerré los ojos y respiré hondo. Podía sentir la
presencia de Dios y lo sentir hablando a mi corazón. "Nicky", le dijo
a mi espíritu, "mi hijo, no te preocupes. No te he olvidado. Te he traído
a este lugar con un propósito. Te he separado de tus amigos y de tu pasado, y
ahora te estoy dando un nuevo futuro. Tengo planes para ti, Nicky. Necesito que
confíes en Mí. Te voy a levantar como un evangelista. Voy a usarte para tocar
las vidas de los jóvenes. Pero es necesario que tengas fe. Nunca te dejaré.
Siempre estaré aquí a tu lado”.
Le dije a Dios lo mucho
que lo amaba y lo mucho que quería a servirle. Pero cuanto más hablaba, más me
daba cuenta que Él me decía: "Tan sólo confía en Mí, Nicky. Mantente fiel
y te voy a mostrar lo que quiero que hagas. Tienes que escuchar y seguir cuando
Yo dirija".
NICKY CRUZ - (DEVOCIONAL
DIARIO “ORACIONES”)


