"Que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy
el Señor" (Jeremías 9:24 NVI)
Dios dice: "Que no
se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de
su riqueza. Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de
comprender que yo soy el Señor" (Jeremías 9:23-24 NVI). Si no conoces a
Dios, da igual el dinero que tengas en el banco, los diplomas colgados en la
pared o el cargo que ocupes en el trabajo. Hasta que no tengas una relación con
Dios, ¡no habrás empezado a vivir! Y parte de conocerlo es saber la verdad
acerca de ti mismo. Pedro, después de haber sido testigo del poder de Cristo
para hacer milagros, reconoció: "¡Soy un pecador!" (Lucas 5:8 NVI).
Cuando el profeta Isaías vio al Señor sentado sobre Su trono, exclamó:
"¡Ay de mí!" (Isaías 6:5).
Pero Dios no te revela la verdad y te deja como estás. No; igual que un buen
médico, te dice que estás enfermo para que puedas seguir el tratamiento
adecuado. Y el tratamiento contra el pecado es la salvación por medio de la
sangre de Jesús. Jamás conocerás a Dios hasta que vayas a Él a través de
Jesucristo. Por lo tanto, si todavía no lo has aceptado como tu Salvador,
comienza el año nuevo con esta oración: 'Señor, me arrepiento y dejo mis
pecados. Pongo mi vida en Tus manos creyendo que Tú eres mi Señor y Salvador.
Por fe recibo el regalo de la vida eterna. Desde hoy mismo, te pido que me
dirijas y me guíes para que Tu voluntad se haga en mí. Te lo pido en el Nombre
de Jesús. Amén'. ¡Feliz Año Nuevo!
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY"


