"Si el Señor no edificare la casa, en vano trabajan los
que la edifican..." Salmo 127:1
No nos cuesta recordar
cuándo y dónde nos casamos, pero a veces olvidamos el por qué nos casamos. Dios
creó a Eva porque sabía que Adán se sentía solo e incompleto. Por lo tanto, si
el propósito del matrimonio es la cercanía, el enemigo del matrimonio es la
distancia. Los problemas surgen cuando esperas que tu cónyuge satisfaga todas
tus necesidades. ¡Eso sólo lo puede hacer Dios! Un hombre preguntó a su amigo:
'¿Cómo es que nunca te has casado?' El amigo le respondió: 'Porque estaba
buscando a la mujer perfecta'. '¿Y nunca
la encontraste?' Insistió el amigo. 'Sí
la encontré, ¡pero con tan mala suerte que ella también estaba buscando al
hombre perfecto!' La Biblia dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así
como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella" (Efesios
5:25).
¿Puede haber un
matrimonio perfecto? No, pero cuando dos
personas deciden darse completamente el uno al otro, se acercan bastante a la
perfección. En una encuesta entre miles de parejas casadas, éstas son las
principales razones que aludieron como causa de su infelicidad:
1) No estaban de acuerdo en muchas áreas.
2) No sabían cómo se sentía el otro.
3) Se decían cosas hirientes.
4) No se sentían amados.
5) No se sentían valorados.
6) No tenían a nadie en quién confiar.
7) Tanto el marido como la mujer creían que estaban dando más
que el otro.
8) Apenas se elogiaban.
9) Deseaban más afecto.
10) No había comunicación.
Ahora bien, puesto que
Dios creó el primer matrimonio, una buena forma de empezar a cambiar las cosas
es hablarle a Él del tuyo.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


