El libro de Rut relata
la maravillosa historia de una doncella pagana convertida que ganó el corazón
de su señor terrenal. Yo creo que esta es una historia profética, un mensaje
que nos habla poderosamente hoy en día, pues ¡ganamos a Cristo de la misma
manera que Rut ganó a Booz!
¡Pero este relato es
más que solamente historia! Pablo escribe: “Y
estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a
nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:11).
La historia de Rut
comienza con estas palabras: “hubo hambre en la tierra” (Rut 1:1). Así, el
israelita Elimelec, su esposa Noemí, y sus dos hijos, Mahlón y Quelión, huyeron
de Judá a Moab. Elimelec murió allí, y los dos hijos de Noemí se casaron con
mujeres paganas, Orfa y Rut, y permanecieron en Moab por otros diez años.
Pero Moab era un lugar
de idolatría, la congregación de los impíos, el asiento de los burladores. Moab
mismo, debido a quien la región fue nombrada, nació de una relación incestuosa
entre Lot y una de sus hijas. De hecho, el nombre “Moab” significa fornicación.
Fue quien sedujo a Israel en el desierto, luego de lo cual 24.000 murieron a
causa de una plaga. Dios prohibió a los israelitas casarse con mujeres moabitas,
“porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses” (1 Reyes
11:2).
En el reino espiritual, esto mismo sucede cuando se produce
un hambre por la Palabra de Dios: el pueblo de Dios se vuelve hacia el mundo, cede a la seducción de
la idolatría, y se mezcla con los impíos. Este tipo de hambre impulsa a los
creyentes a otro lugar para encontrar algo que satisfaga sus necesidades
internas.
Los cristianos de hoy
se enfrían y se descarrían, porque no están recibiendo la verdadera comida
espiritual. Van a la iglesia, pero la despensa está vacía. La predicación que
oyen es superficial, no hay sustancia, no hay agua viva, solo entretenimiento.
¡Abunda la hambruna en la mismísima casa de Dios!
Es por esto que
nuestras iglesias están siendo invadidas por el adulterio, el divorcio, la
música rock, la psicología no bíblica y un evangelio de la Nueva Era, con
nuestros jóvenes consumiendo drogas y volviéndose promiscuos. La hambruna en la
iglesia los ha impulsado a Moab, el lugar de idolatría. ¡Y Moab es un lugar
donde los hombres jóvenes mueren, al igual que los hijos de Noemí murieron en
Moab!
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


