¡Tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo, el Espíritu Santo cayó sobre las personas de
maneras poco usuales! El sacudió edificios. Las lenguas de las personas
comenzaron a alabarlo –en nuevas lenguas–. ¡El Espíritu Santo tomó el control
completo!
¡En Pentecostés, él
vino como un viento recio y poderoso! ¡Cayó fuego! Cuando el Espíritu Santo
desciende, las cosas se sacuden (ver Hechos 2:4 y 4:11).
Juan el Bautista
predicaba, “Yo a la verdad os bautizo en
agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la
correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Lucas 3:16).
Amados, la Biblia lo
dice muy claro: ¡Cuando Jesús viene a usted, él desea bautizarlo con el
Espíritu Santo y fuego! El Espíritu Santo trae fuego –un amor consumidor al
rojo vivo por Jesús–. ¿Por qué hay
muchos creyentes que un minuto están calientes y luego otro minuto están fríos,
nunca completamente entregados, nunca rendidos? ¿Es por que ellos se
rehúsan a dejar que Jesús los bautice con el Espíritu Santo?
“Y cuando [el Espíritu
Santo] venga, convencerá… de pecado” (Juan 16:8). ¿Será que estos creyentes no
han sido reprendidos de sus pecados por que el Espíritu Santo no ha sido
invitado a tomar la posición que le pertenece en ellos? El es la plomada de
Dios. ¡Cualquier cosa que no da la medida de Cristo, él la revela y él nos
reprende y nos otorga poder para ser conformados a su Palabra! Verdaderamente,
él llega a ser nuestro Consolador en esto, por que nos convence de nuestro
pecado, y nos otorga el poder para poder dejarlo. ¡Ese es el consuelo que es
verdadero!
El Espíritu Santo nunca
nos hará hacer algo estúpido. ¡Pero él podrá venir sobre usted en una manera
que los pecadores pueden pensar que usted está ebrio! ¡El no es bienvenido en
muchas iglesias por que piensan que él es demasiado ruidoso, muy alterador, muy
impredecible!
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


