“…No libramos batallas como lo hace el mundo” (2 Cor. 10:3 NVI)
Durante la Segunda
Guerra Mundial, los aviones bombarderos de los aliados llevaban ametralladoras
en el morro, en la parte de abajo, en torrentes laterales y en la cola. Los
aviones B-17, conocidos como “fortalezas volantes”, llevaban trece
ametralladoras de calibre 50. Los científicos creían que los aviones serían más
seguros sin tanto armamento. Si prescindían del peso necesario para operar las
armas, podrían volar mucho más rápido y más alto, incrementando sus
posibilidades de supervivencia. Los pilotos, sin embargo pensaban lo contrario.
Y no quisieron no contemplar la idea de embarcarse en ninguna misión sin todo
el arsenal para disparar y defenderse. Con ese pensamiento en mente John Walker
expresa: “Tomamos las mismas decisiones cuando se trata de pelear nuestras
batallas”.
Dios dice que no necesitamos ametralladoras… que podemos
elevarnos más alto y más rápido con Él, “pues aunque vivimos en el
mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo” (2 Corintios 10:3 NVI). Las
armas que Él nos facilita “… tienen el poder divino para derribar fortalezas”
(2 Corintios 10:3-4 NVI). Pero decimos “No gracias”; tenemos que disparar y
defendernos con arsenales de palabras bruscas, actitudes demandantes, maniobras
manipuladoras, excusas excesivas y bombas de acusación. Se necesita valentía
para dejar de usar las armas de la carne y armarse con las de Dios. “Tomad el
escudo de la fe” (Efesios 6:16). Esa es la fe que David demostró cuando dijo a
Goliat: “Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina; pero yo voy contra
ti en el nombre del Señor de los ejércitos…” (1 Samuel 17:45). Deja de luchar en
tus propias fuerzas y permite que el arsenal espiritual de Dios te defienda,
porque “Dios protege a los que en Él buscan refugio” (Proverbios 30:5).
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")


