“El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es
sabio.” Proverbios 11:30 (RVR 1960)
Si yo deseo la
salvación de alguien, debo decirle como mejor pueda cuál es su condición, cuál
es el camino de la salvación y cómo puede encontrar descanso. Todos los hombres
son accesibles en un determinado momento o de alguna manera. Es muy imprudente
abalanzarse sobre la gente en cuanto uno se encuentra con ellos, sin pensar en
la prudencia ordinaria porque puede que causes disgusto en aquellos a quienes
quieres ganar. Pero aquellos que con ahínco suplican por otros y se mueven para
buscarlos, por lo general han aprendido de Dios y por tanto son sabios en
cuanto al tiempo, la forma y el tema. Un hombre que desea cazar aves, después
de un tiempo se convierte en un experto de este deporte porque le dedica
tiempo. Así mismo el que anhela ganar
almas y le dedica su corazón, le encuentra las mañas de alguna manera y el
Señor le da el éxito. Yo no podría enseñártelo, tú tienes que practicarlo
para descubrirlo. Pero te diré esto: ningún hombre está limpio de la sangre de
su semejante sencillamente por haber orado que así sea.
Escuché de alguien en
Nueva York que oró por varias familias muy pobres que había visitado. Su hijo
pequeño dijo: «Padre, si yo fuera Dios, te diría que respondieras tu propia oración
porque tú tienes dinero suficiente». Así mismo podría decirnos el Señor cuando
hemos estado intercediendo: «Ve y responde tu propia oración al hablarle a tus
amigos de mi Hijo». Hay poder en tus dones, hay poder en tu hablar, usa estos
poderes. Ve y enseña lo bueno y lo correcto y tus oraciones serán escuchadas.
(A través de la Biblia
en un año: Ezequiel 45-48)
CHARLES SPURGEON - (Devocional “A los Pies del Maestro”)


