SIERVOS...
POR AMOR A CRISTO
Por Felipe Nunn
Algunos inconversos podrán despreciar tu fe, ridiculizarte o humillarte.
Por amor a Cristo muéstrales que aun así los amas.
Tus hermanos en la fe pueden ser orgullosos, tercos y a veces agresivos.
Por amor a Cristo no te amargues. Cristo aún no ha
terminado Su obra en ellos.
Practica lo que está claramente expuesto en las Sagradas Escrituras, y
algunos te acusarán de ser un retardado, idealista o complicado.
Por amor a Cristo vive la verdad de Dios de una
manera atractiva.
Resiste las fuertes corrientes del sectarismo y del legalismo, y algunos
te acusarán de ser liberal, débil de convicciones o indiferente frente al mal.
Por amor a Cristo exprésate contra la manipulación y
la opresión religiosa.
Defiende a tu hermano de acusaciones falsas o injustas, y aquellos implicados
te tildarán de divisionista, independiente o amante de hombres más que de Dios.
Por amor a Cristo identifícate públicamente con la
verdad. Sé fiel.
Si te sientes llamado a servir al Señor con algo nuevo, algunos dirán
que eres mundano, conflictivo y que estás abandonando “las sendas antiguas”.
Por amor a Cristo ten cuidado pero déjate guiar por
el Espíritu Santo.
Si sirves al Señor con todo lo que tienes, algunos te llamarán fanático,
irresponsable o juzgarán tus motivos.
Por amor a Cristo sírvele con entrega y pasión. ¡El se
lo merece todo!
La vida será vacía si la vives para agradarte a ti mismo. La vida será loca si la vives para agradar al mundo. La vida será deprimente si la vives para agradar los gustos de los
demás cristianos.
Por amor a Cristo rompamos esa telaraña sofocante de
expectativas humanas.
Como aquellos grandes hombres de Dios en tiempos pasados, purifiquemos
nuestros corazones y fortalezcamos nuestra determinación de seguir la dirección
del Señor dondequiera que nos lleve y al precio que sea.
“¿Busco ahora el favor de los hombres,
o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los
hombres, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1:10
“Así hablamos; no como para agradar
a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.” 1 Tesalonicenses
2:4
Por amor a Cristo vivamos lo que nos queda de esta
corta vida para agradarle. Seamos en realidad Sus siervos en esta nuestra generación.


