sábado, 29 de noviembre de 2014

Escoger buenas amistades (2) 29 noviembre




"Mejor son dos que uno..."  Eclesiastés 4:9


Toma la iniciativa; no esperes a que te presenten. Saluda a alguien y pregúntale el nombre. Si eres tímido por naturaleza, te costará dar el primer paso. Pero lo más probable es que la otra persona se sienta igual y cuando empieces a hablar te darás cuenta de que tenéis cosas en común. Arriésgate. Si te agrada alguien, profundiza un poco y menciona una pequeña lucha, decepción o algún temor que tienes. A eso se le llama "riesgo manejable" y te permite valorar cómo va a reaccionar la otra persona. Si reacciona con empatía y se identifica con lo que estás diciendo es una buena señal. Si se cierra, trata de darte soluciones o te responde de manera crítica tal vez debas alejarte. Invita a la persona a tu círculo y si funciona, intercambia números de teléfono e invítala a tomar un café o a comer. Luego organiza un a segunda reunión más larga; de esa manera sabrás si es una amistad que vale la pena proseguir.

Frecuenta lugares donde se encuentra la gente. Hay muchos sitios donde puedes hacer amistades: la iglesia, el gimnasio, el colegio, los deportes de equipo, un servicio de voluntariado. Tienes que estar dispuesto a salir un poco de lo que te resulta familiar e intentar nuevas situaciones. Recuerda que Dios usa todo tipo de amistades para cumplir sus propósitos. Un predicador prominente comentó: "Hay amigos que fueron clave en mi progreso, aunque nunca me afirmaron ni me aceptaron. Esos son los llamados "Judas" y existen en la vida de todo hijo de Dios. Los que más dolor te causan. Te hieren y te traicionan, pero por medio de su traición la voluntad de Dios se cumple en tu vida". Pídele a Dios un amigo, ¡pero luego vete y hazte su amigo!


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN