“Porque si alguno no
provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.” 1 Timoteo 5:8
—Oye, Alfredo —dijo
Ricardo cuando caminaban a casa desde la escuela—. ¿Se te ha ocurrido que el
mandato de Jesús de amar a tu prójimo significa en realidad amar a todo el
mundo, no sólo a tus vecinos de al lado?
— ¡Qué barbaridad!
—Exclamó Alfredo—. Supongo que no puedo ir al cine contigo esta noche.
— ¿Por qué no?
— Tengo que irme a la
cama temprano —explicó Alfredo— ¡porque tengo que levantarme temprano para
empezar a amar a seis mil millones de prójimos!
Alfredo está captando
la cuestión, pero sigue confundido.
Sí, Jesús quiere que
ames a todos, pero no puedes demostrarlo específicamente a todos. No tienes
bastante tiempo, energía o recursos para cuidar de cada una de las personas en
el planeta. Por eso tienes que averiguar por dónde empezar.
Tema para comentar:
Cuando tu meta es amar, ¿por dónde empiezas?
Dios quiere que
empieces por las personas que tienes más cerca. De allí te puedes ir
extendiendo a todo el mundo "mientras tengamos oportunidad" (Gálatas
6:10).
Aquí van dos
sugerencias grandes:
1. Empieza por ti mismo. Créelo o no, tu primera obligación
de amar es amarte a ti mismo. Si no atiendes tus necesidades básicas y te
proteges de influencias dañinas, no tendrás mucho amor para brindar a otros.
Sin el amor propio correcto —cuidar tu desarrollo mental, emocional, espiritual
y social— se te acabará el combustible cuando trates de amar a otros como Dios
te ha llamado a amar.
2. Luego, tu familia. Después de amarte a ti mismo, tu
tarea más grande es amar a tu propia familia. Pablo escribió: "Si alguien
no tiene cuidado de los suyos, y especialmente de los de su casa, ha negado la
fe y es peor que un incrédulo" (1 Timoteo 5:8). Todos necesitan recibir
ayuda, aliento, oración y consuelo. Dios dice que tu energía para satisfacer
esas necesidades debe centrarse primero en tus padres, tus hermanos y tus
hermanas. Enseguida está amar a tus demás familiares, tales como abuelos, tías
y tíos (ver 1 Timoteo 5:16).
¿Alguna vez te
preguntas qué quiere decir Dios cuando manda "Ama a tu prójimo como a ti
mismo"? El propósito de Dios es que tu primer compromiso de amor sea hacia
los que tienes más cerca —los que te necesitan— y esos son tus familiares. Dios
quiere que ames a todos. ¡Pero amar a todos empieza por casa!
JOSH MCDOWELL - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)