“Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba
picado.” Juan 6:18
No pienses que las
circunstancias adversas son una prueba de que te has desviado del camino, pues
ellas pueden ser incluso una evidencia de que estás en la buena senda antigua,
ya que el camino de los creyentes casi siempre está lleno de pruebas. Hiciste
bien en zarpar y alejarte de la orilla, pero recuerda, aunque nuestro Señor ha
asegurado tu barca y te ha garantizado que llegarás al puerto deseado, no ha
prometido que navegarás en un mar de cristal; por el contrario, te ha dicho que
«en este mundo afrontarán aflicciones» (Juan 16:33), e incluso puedes aumentar tu fe en él cuando encuentras que su
advertencia es cierta.
El Señor les había
ordenado a los discípulos que pasaran al otro lado y, por lo tanto, ellos se
esforzaban lo más que podían y remaban toda la noche, pero no progresaban
porque tenían el viento en su contra. Seguro has oído decir que si un cristiano
no marcha hacia adelante, entonces va para atrás; eso no siempre es cierto,
pues hay tiempos de pruebas espirituales cuando, si un hombre no va para atrás,
realmente está avanzando. Puede que un cristiano no progrese mucho en su
camino, sin embargo, puede que no sea su culpa, pues quizá el viento le sea
contrario. Nuestro buen Señor tendrá en cuenta las buenas intenciones y
reconocerá nuestros progresos, no por nuestro avance aparente, sino por la
intensidad con que nos esforcemos con los remos.
(A través de la Biblia
en un año: Lamentaciones 1-2)
CHARLES SPURGEON - (Devocional “A los Pies del Maestro”)