Muchos cristianos de
hoy son lo que yo llamo: creyentes "pan", viven sólo de pan, siempre
pidiéndole a Dios que demuestre Su fidelidad. Tienen un hambre interior y creen
que saben lo que puede saciarlo.
Durante la mayor parte
de mis primeros años en el ministerio, yo fui un cristiano "pan".
Tenía una profunda hambre, impulsado por una necesidad inexplicable. Cuando
pensaba que necesitaba una nueva iglesia, ¡la recibía! Cuando pensaba que
necesitaba un programa de televisión, ¡lo obtenía! Cuando necesitaba
multitudes, ¡las tenía! Estas eran todas, cosas buenas en sí mismas, pero
pasaron años, en los que yo oraba: "¡Dios, demuéstrame tu poder! Tengo
deudas, ¡así que envíame dinero! ¡Bendíceme, Señor! ¡Bendice mi ministerio! ¡Responde
mis oraciones! Quiero mostrar al mundo que Tú tienes todo el poder. ¡Sana a los
enfermos para demostrar que eres el mismo hoy!"
Rara vez Dios encuentra
un cristiano cuya única meta en la vida es conocerle y hacer Su voluntad, tal
como lo hizo Jesús, y que nunca cuestione: "Dios, ¿dónde estás?",
pero en lugar de ello, ore: “Dios, ¿dónde me encuentro respecto a este asunto
de la obediencia y la dependencia?"
Cuando nos encontremos
ante el tribunal, no seremos juzgados por cuántos enfermos hemos sanado, ni por
cuántos demonios hemos echado fuera, ni por cuántas oraciones nos han sido
respondidas, ni cuántos milagros hemos logrado. Seremos juzgados según nuestra dependencia y obediencia a Su Palabra y
a Su voluntad.
En nuestros tiempos,
hemos dominado el arte de “ordenar” a Dios. Ordenamos al diablo y a los
demonios; ordenamos que las fortalezas caigan. Todo esto es bueno, pero
pensemos en cuán a menudo, clamamos: "¡Oh Dios, ordéname Tú a mí! Dime lo
que debo hacer. Muéstrame cómo hacer Tu voluntad, cómo obedecer a cada palabra
que sale de Tu boca".
A través de estas
cosas, Dios nos está diciendo: "Yo quiero ser tu único recurso, tu única
esperanza. Quiero ser el único objeto de tu confianza". Mi clamor es:
"¡Oh Dios, encárgate de mi dinero; sólo dame Tu mente! Encárgate de mi
salud, mi familia y mis necesidades; sólo dame Tu Palabra".
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


