lunes, 6 de octubre de 2014

Cómo ser feliz (1) 6 octubre




"Si  sabéis  estas  cosas,  bienaventurados  sois  si  las  hacéis"  Juan 13:17


La santidad da felicidad; pero el pecado, nunca. A veces eso nos resulta difícil de creer. Se cuenta de una madre que le decía a su hijo: 'Sé bueno y diviértete', a lo que él respondía: '¡Aclárate, mamá!'. ¡Eso dice mucho! Hoy en día la palabra "santidad" tiene  mala fama. Algunos la ven como una lista de todas las cosas que la iglesia prohíbe. A otros les vienen a la mente personas que dicen que practican la santidad, pero que son inflexibles, sin alegría, estrechas de mente y criticonas. Entonces, definámoslo así: "La santidad es Cristo en su plenitud en todas las facetas de la vida". Es más, la santidad desaparece cuando hablas de ella; sólo es atractiva cuando la vives. "La bendición del Señor es la que enriquece, y no añade tristeza con ella" (Proverbios 10:22). La única cosa que no añade tristeza es la bendición del Señor.

Santiago escribió: "Entonces, cuando la pasión, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte" (Santiago 1:15). Cuando somos inmaduros, creemos que podemos pecar y salirnos con la nuestra, pero conforme ganamos sabiduría y madurez, discernimos mejor. Nunca te encontrarás con un fumador que recomiende su vicio. Ni a nadie con un matrimonio fracasado por infidelidad que recomiende tener un amante. La ley de la siembra y la cosecha es ésta: "Todo lo que el hombre siembre, eso también segará" (Gálatas 6:7). El pecado destruye nuestra capacidad de ser felices. Ningún buen padre quiere ver sufrir a sus hijos, y Dios es el Padre por excelencia. David, que padeció en carne propia las consecuencias amargas del pecado, escribió: "Adorad al Señor en la hermosura de su santidad" (Salmos 29:2). La santidad es algo hermoso cuando la entiendes como es debido y la pones en práctica.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN