“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos,
para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se
refiere, para expiar los pecados del pueblo” Hebreos 2:17
Siempre me he
preguntado por una frase en este versículo: "Por lo cual debía ser”. Este
pasaje se refiere a Jesús, por supuesto. ¿Por qué Jesús debía hacer algo? Él es
Dios. Leemos que Él eligió venir a la
Tierra , eligió sanar, eligió amar a todos los que Le
rodearon. Así que, ¿por qué dice que Él debía hacer lo que hizo, hacerse carne
y ser un sacrificio vivo por nuestros pecados? ¿No podría fácilmente haber
declarado desde el cielo: "Enviaré ángeles para traer redención a la
humanidad"? Acá tenemos uno de los pocos casos en las Escrituras donde el
Señor ejecuta una orden. ¿Por qué?
Todos sabemos que bajo
el Nuevo Pacto nuestros pecados son borrados por el don de la gracia de Cristo.
Entonces, ¿qué es un pacto? Es un acuerdo entre dos o más partes donde cada uno
debe cumplir ciertos términos. Hay muchos tipos de convenios, incluyendo el
pacto matrimonial, en el que dos personas se convierten en una sola entidad.
Los contratos legales son pactos para empresas, por ejemplo, cuando dos
propietarios unen sus esfuerzos para que ambas partes sean beneficiadas. Los
tratados de paz entre las naciones son pactos, donde las partes en conflicto
acuerdan el cese de hostilidades y se benefician mutuamente en otras maneras.
A lo largo de la Biblia vemos que Dios hizo
pactos con Su pueblo. En cada caso, Él dice: "Esto es lo que haré por mi parte. Y mientras tú cumplas tu parte,
éstas son las bendiciones y beneficios que vendrán a ti". Dios siempre
ha cumplido su parte en estos pactos, sin embargo, el hombre nunca ha sido capaz
de hacerlo. Ha fallado continuamente en cumplir la suya en cada pacto.
El Señor previó todo
esto y desde el principio hizo planes para poner en marcha un pacto perfecto
que no podía ser quebrantado. Él promulgaría un pacto como nunca antes hubo, uno
con una disposición única: una garantía de que ninguna de las partes rompería
jamás el pacto.
Lo hizo al hacer pacto
no con el hombre, pero con un Hombre-Jesús. Muchos cristianos creen que el
Nuevo Pacto es exclusivamente un acuerdo entre Dios y el hombre, pero no lo es;
es un pacto entre el Padre y Su Hijo. Cristo fue aquél elegido por Dios con
quien llevar a cabo este pacto, no con Adán, ni Noé, ni contigo ni conmigo.
Jesús mismo es la
garantía de que se mantenga el pacto. Cualquier otro hombre habría fracasado en
esto, pero Jesús mantiene el pacto perfectamente. ¡Esa es nuestra garantía!
GARY WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)