miércoles, 17 de septiembre de 2014

Trabajar duro 17 septiembre




"Servid de buena gana, como quien sirve al señor y no a los hombres"  (Efesios 6:7 CST)

 
Se cuenta de un jockey que había ganado más carreras que nadie. Cuando le preguntaron el secreto de su éxito, éste respondió que antes de la carrera iba a los establos y le leía este poema a su caballo: "Las rosas son rojas, las violetas azules, los caballos que pierden la carrera acaban hechos pegamento" (en inglés riman las palabras "blue", azules, con "glue", pegamento). ¡Tenemos suerte de que Dios no usa ese método con nosotros! Pero puesto que Él es el Jefe del Universo, Su Palabra habla mucho acerca de las responsabilidades y las recompensas del trabajo duro. "...Obedeced a vuestros amos terrenales con respeto y temor, y con integridad de corazón, como a Cristo. No lo hagáis sólo cuando os estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios. Servid de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres,  sabiendo que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre. Y vosotros, amos, corresponded a esta actitud... dejando de amenazarlos. Recordad que, tanto ellos como vosotros, tenéis un mismo Amo en el cielo, y que él no tienen favoritismos" (Efesios 6:5-9 CST).

Si tú eres el jefe, Andrew Carnegie nos brinda las siguientes pautas:

1) Organiza. Asegúrate que cada puesto es ocupado por el empleado idóneo.

2) Delega. No trates de dirigirlo todo. Dales a tus empleados la autoridad para lo que los contrataste y también la libertad de hacerlo.

3) Supervisa. No obtienes lo que quieres sin supervisión.

4) Valora. Es difícil encontrar buenos empleados. Si quieres guardar a los que tienes, valóralos y recompensa sus esfuerzos.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN