Una forma simple para
atestiguar si usted ama de verdad es examinar cuánto usted vela por los
intereses de los demás.
Como pastor he tenido
que forjar una visión inamovible para realizar esto. Dios me ha otorgado un
llamado a agitar a mi gente para que actúe y para que incesantemente persiga la
misión que él nos ha dado. La verdad es que yo puedo ejecutar esto de dos maneras:
a través de mi propia ambición, presionando para alcanzar mis metas
individuales; o adoptando el corazón de Cristo y haciendo del amor mi misión.
Si mi iglesia crece
diez mil veces y yo no tengo al amor como mi visión... si nuestra iglesia manda
a 1,000 misioneros pero no tienen amor... entonces estamos fallando a nuestro
llamado como cuerpo de creyentes. Nosotros estamos criando a falsos embajadores
y exportando una cristiandad ligera y débil, investida de otro poder que no es
amor.
¿Cuál es su situación?
¿Sus oraciones o ambiciones espirituales están centradas en su propio mundo, en
sus necesidades y deseos? ¿Se molesta o irrita cuando las necesidades genuinas
de los demás afectan sus metas?
¿Cuál es el remedio
para la ambición personal? Pablo escribe en Filipenses 2:3, “con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.” Pablo no habla de alimentar su autoestima,
su visión, su misión en la vida. Pero él sí expresa que otros tienen
visión, propósito y misión. Si usted aprecia a los demás, usted no solamente
los estará ayudando en su llamado -y tal vez impactará muchas vidas-.
Piense en el poder de
la afirmación de Pablo. Imagine qué pasaría si cada cristiano obedeciera
radicalmente esta verdad. Todos nosotros tendríamos un profundo impacto mundial
en los intereses del prójimo -y ninguno estaría inmerso en sus metas
individuales-. El cuerpo completo de Cristo estaría tan centrado en los demás
que nos investiríamos de poder los unos a los otros en lo referente a nuestros
diversos llamados.
Si cada unos de
nosotros está velando solamente por sus propios intereses, nuestro testimonio
está limitado al por mayor. Pero si nosotros, en amor, buscamos edificar a los
demás, toda misión puesta por Dios tendrá más allá que un amplio apoyo para ser
lograda.
Esto es lo que llamo
una forma de vida. Es una campaña que quiero empezar hoy -vivir para, estar en
y servir a aquéllos que están a mi alrededor para la gloria de Dios-
GARY WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)