Los profetas del
Antiguo Testamento predijeron que en los últimos días, mientras caen
calamidades, Dios llamará a un remanente a apartarse con Él. Uno de los
profetas, Daniel, entendió el reloj del tiempo de Dios de su época, porque
había estudiado a los profetas del pasado. “En
el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el
número de los años de que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de
cumplirse las desolaciones de Jerusalén en setenta años. Y volví mi rostro a
Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza”
(Daniel 9:2-3).
Mediante el estudio de
las profecías de Jeremías, Daniel descubrió que los setenta años de exilio para
Israel estaban por terminar. Jeremías 29:10-11 dice: “Porque así dijo Jehová:
Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré
sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque yo sé
los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de
paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”
¿Por qué no estaba
regocijándose Daniel? ¿Por qué no tomó la promesa por fe y simplemente
descansó? ¿Por qué empezó a llorar, orar
y ayunar, y se sentó en cilicio? Porque descubrió que había también una
condición para que todo lo bueno suceda. Sí, Dios había prometido
liberarlos, hacerles bien, pero allí estaban los versículos 12 al 14 en el
mismo capítulo: “Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os
oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro
corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra
cautividad”.
El pecado o la
indiferencia pueden frustrar las promesas de Dios. Daniel descubrió a partir de
la advertencia de Moisés en Deuteronomio que Israel sería esparcido a causa del
pecado, pero también descubrió la promesa de que podría ser liberado: “Más si
desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu
corazón y de toda tu alma” (Deuteronomio 4:29).
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)