No hay una fórmula para
vivir totalmente dependiente del Señor. Todo lo que puedo ofrecerles es lo que
Dios me ha estado enseñando en esta área. El me ha mostrado dos cosas simples
sobre cómo darle a él control total.
Primero, debo de estar
convencido de que el Señor está ansioso y deseoso de hacerme conocer su
voluntad, aun en los detalles más pequeños de mi vida. Yo debo de creer que el
Espíritu que mora en mí conoce la voluntad de Dios para mí, y que él me guiará,
me conducirá y me hablará. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad… El me glorificará, por que tomará de lo mío y os lo hará saber”
(Juan 16:13-14).
Talvez ahora mismo
usted está pasando alguna aflicción, tal vez el resultado de haber tomado alguna
decisión apresurada. Aun así, el Señor le promete, “Tu oído interior escuchará
a mi Espíritu que te dice ‘Ve por aquél camino. Has esto. No hagas aquello…’”
Segundo, debemos orar
con fe inamovible por poder para obedecer la dirección de Dios. Las escrituras
dicen, “Pero pida con fe, no dudando nada, por que el que duda es semejante a
la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago
1:6-7). Cuando Dios nos dice que hagamos algo, necesitamos el poder para
mantener el rumbo y obedecerle totalmente. A través de 5 décadas de mi vida de
ministerio, he aprendido que Satanás y la carne siempre plantarán dudas y
preguntas en mi mente. Y necesito
fortaleza del cielo para no decir “sí” a cualquier situación que Jesús ha dicho
“no”.
Muchos de nosotros
oramos, “Señor, yo sé lo que me has dicho. Pero todavía no estoy seguro si era
tu voz la que me hablaba. No estoy ni seguro de ser lo suficientemente espiritual
para reconocer tu voz. Por favor, ábreme o ciérrame la puerta sobre este
asunto.”
Esa no es la respuesta
de fe que Dios espera de sus hijos. Usted puede orar todo lo que quiera, por
horas o aun días. Pero si usted no ora con fe –creyendo que el Espíritu Santo
lo guiará como Jesús lo ha prometido– nunca tendrá la mente de Cristo
transmitida a usted. El espera hasta ver que usted está comprometido a aceptar
todo lo que él dice, y a obedecerlo sin cuestionar.
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL
DIARIO “ORACIONES”)