“Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta
canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los
hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.” Isaías 54:1
Algunos sostienen que
la iglesia de los últimos días no es estéril, señalando todas las súper
iglesias, los muchos ministerios, y las multitudes que atienden seminarios
religiosos, conferencias y conciertos y devoran libros religiosos, grabaciones
y vídeos. Pero lo que Dios llama hijos espirituales y lo que la iglesia ha
estado llamando hijos son dos cosas muy diferentes. Mientras que la iglesia se
ha centrado en el crecimiento en número, influencia y éxito, Pablo está
clamando: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta
que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19). Pablo diría: “No me digas
cuántos asisten a tu iglesia. No me digas cuántos asisten a tus eventos, cuánta
literatura distribuyen, cuántas Biblias reparten… ¡Dime cuántos se están
formando a semejanza de Cristo!”
Yo creo que Dios ve los
últimos veinte o treinta años como una época de hambre de la Palabra ; como los años que
ha comido la oruga; años de estar centrados en sí mismos; años en donde
extraños están siendo exaltados en la casa de Dios; años de predicadores
orgullosos, locura por el dinero, arribismo y superficialidad. “Contra Jehová
prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños” (Oseas 5:7). “Te planté de
vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto
sarmiento de vid extraña?” (Jeremías 2:21).
Dios promete que la
iglesia estéril de los últimos días va a dar a luz a una gran cosecha de niños.
“Ensancha… no seas escasa… alarga… refuerza... Porque te extenderás a la mano
derecha y a la mano izquierda” (Isaías 54:2-3). Dios va a remover la vergüenza
y el oprobio de la iglesia de los últimos días. “No temas, pues no serás
confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te
olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no
tendrás más memoria” (Isaías 54:4).
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


