La iglesia despertó un
día a un escándalo horrible. ¡Nos sonrojamos al escuchar que un predicador del
evangelio había gastado millones de dólares en automóviles de lujo, joyas
extravagantes, casas de lujo y vinos caros! Los impíos se rieron y se burlaron,
y el nombre de Jesús se convirtió en el blanco de las bromas y de la sátira. ¡Y
entonces se le dijo al mundo que el “predicador contra el pecado” número uno de
la nación había sido atrapado en pecado! Una vez más el pueblo de Dios gimió:
“¡Por favor, dime que no es cierto!” Y fuimos testigos de la impresionante
caída de algunos ministerios. En medio de todo, estas profundas palabras
resonaron muy ciertas: “Porque es tiempo
de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17).
¿Por qué la iglesia se
sorprendió tanto? Habíamos estado advirtiendo que el juicio estaba a las
puertas, y este debe comenzar en la casa de Dios. Dios está dispuesto a dejar
que Su nombre pueda ser burlado sólo para despertar a la iglesia y para dar un
último triunfo al mundo. “y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin
de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y: Si el justo con dificultad
se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?” (1 Pedro 4:17-18). Los
juicios de Dios en Su casa son tan repentinos y espantosos, que los oídos de
los hombres se estremecen cuando se enteran de ellos. Cuando Dios juzgó a la
casa de Elí, dijo: “Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel,
que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos... yo juzgaré su casa para
siempre, por la iniquidad que él sabe” (1 Samuel 3:11 y 13).
Cuando Dios juzgó a
Israel y la casa de Manasés por corrupción, les dijo: “He aquí yo traigo tal
mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos”
(2 Reyes 21:12). Dios le dijo a Jeremías que tales juicios impresionantes
estaban a punto de caer sobre la casa de Israel que “a todo el que lo oyere, le
[retiñirán] los oídos” (Jeremías 19:3). En
hebreo, “retiñirán” los oídos significa hacer tintinear los oídos y que las
orejas se ruboricen de vergüenza. ¡Incluso los impíos tendrán orejas
ruborizadas!
Si Dios va a hacer
tintinear los oídos de esta nación por lo que ven y oyen de Su juicio sobre la
iglesia, ¿Qué clase de juicios repentinos y temibles caerán sobre esta
sociedad? Los medios de comunicación de esta nación se han deleitado en
burlarse de la religión. Han hecho que toda la nación desconfíe de toda
predicación de santidad y han hecho creer que todos los ministros son
charlatanes y estafadores. Las personas alzan sus copas para brindar,
burlándose: “¡Salud por todos los predicadores del infierno de fuego!”. Pero
todo va a cambiar de la noche a la mañana. ¡Dios va a hacer tintinear los oídos
del mundo, porque habrá ruina súbita! ¡Muerte súbita! Pero nosotros a levantar
nuestras cabezas y regocijarnos, porque sabemos que nuestra redención está cerca
(Ver Lucas 21:28).
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


