“Para lo cual también trabajo, luchando según la
potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.” Colosenses 1:29
Como
cristiano, aprenda a cultivar la autodisciplina. He aquí algunas maneras
prácticas de alcanzar ese objetivo:
-Comience
por lo más sencillo. En su hogar, por ejemplo, comience por el gobierno de la
casa en el dormitorio principal. Cuando se establezca esa disciplina,
extiéndala al resto del hogar.
-Sea
puntual. Haga un hábito el estar a tiempo.
-Resuelva
primero las tareas difíciles. Si hace primero los trabajos más difíciles, no
quedarán a medias.
-Sea organizado. En vez de reaccionar ante las
circunstancias, tenga un plan para el día y para la semana.
-Agradezca
la crítica. No esquive la crítica constructiva; acéptela como un medio de
autosuperación.
-Practique
el renunciar. Esto puede comenzar de una manera sencilla: sustituya las comidas
rápidas dañinas con una merienda saludable. La disciplina en el ámbito de lo
físico se traslada al reino de lo espiritual.
-Acepte
responsabilidades. Recibir con beneplácito una nueva oportunidad lo obliga a
ser organizado.
Estas cosas
pudieran parecer insignificantes, pero pueden ser una buena práctica para
llegar a ser un mejor siervo de Cristo.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)


