El salmista David
escribe: “No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu Santo Espíritu.”
Sabemos que Dios es omnipresente, pero su presencia manifiesta es algo
completamente distinto. Esa es la razón por la que muchos servicios de culto
comienzan con coros implorando al Espíritu Santo que baje y manifieste su
presencia. David está diciendo aquí: “Señor, necesito tu presencia, no sólo
hoy, sino mañana. No quiero que disminuya porque no quiero volver a mi tibieza.
Por favor, Dios, no quites de mí tu santo Espíritu. Quédate conmigo una vez que
termine de adorarte”.
Todos sabemos lo que es
sentirse así. En la iglesia y en nuestra comunión con los demás, podemos
conocer la presencia manifiesta de Dios. Chispas interiores se encienden,
trayendo una sensación de vida fresca y nueva, y anhelamos que Dios nos mueva
de esa manera cada hora del día. Sin embargo, la chispa se desvanece a medida
que los días pasan y somos bombardeados por demandas de trabajo, obligaciones
familiares, y cuentas que nos consumen y abruman.
Caigo en este ciclo
cada mes de septiembre en nuestras Conferencias “EXPECT Conference”. Soy
conmovido e inspirado por los hombres de Dios que hablan aquí y sus poderosos
mensajes que me hacen caer de rodillas. Sin
embargo, en septiembre pasado hice una oración audaz a Dios: “Señor, si la
chispa no se va a mantener, no me des una.”
Estaba cansado de la
montaña rusa, de que se genere una chispa sin una llama para mantenerla, de
estar en la cima de la montaña sólo por una semana para descender a la
monotonía la semana siguiente. Así que le pedí: “Dios, si enciendes una llama
en mí, haz que crezca más y más. Dame un espíritu leal, como dijo David. ¡Si me
das una chispa, conviértela en una antorcha!”. Dios ha mantenido la llama en
estos últimos meses. La iglesia que conduzco ahora tiene un pastor que arde en
oraciones por su pueblo. Puede que no sea capaz de llevar a todos a tomar un
café o a jugar golf con ellos, pero tengo un espíritu leal que intercede por
ellos día y noche para que sus vidas se conviertan en todo lo que pueden llegar
a ser para Jesús.
GARY WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)