“Aborreced lo malo.” Romanos 12:9
El mal es
la antítesis de la santidad y por tanto la antítesis de la piedad. Así que el
hijo de Dios aborrece lo malo porque Dios aborrece el mal (paráfrasis de Pr.
8:13).
Si verdaderamente usted ama a Dios aborrecerá
toda forma de maldad. Como amaba tanto a Dios, David resolvió que
“corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado” (Sal. 101:4). El
fiel cristiano no debe comprometerse con lo malo.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)