"El ángel de Jehová
acampa alrededor de los que le temen, y los defiende." Salmo 34:7
Nosotros no podemos ver a los ángeles, pero basta con que ellos nos vean
a nosotros. Hay un grandioso Ángel del Pacto, a quien amamos aunque no le
hayamos visto, y Su ojo siempre nos vigila tanto de día como de noche. Tiene un
ejército de ángeles bajo Sus órdenes y hace que vigilen a Sus santos y los
guarden de todo mal. Si los demonios nos hacen daño, los seres brillantes nos
sirven.
Noten que el Señor de los ángeles no viene y va, ni hace visitas
pasajeras, sino que Él y Su ejército acampan en torno nuestro. Los cuarteles
generales del ejército de salvación están donde viven aquellos cuya confianza
está depositada en el Dios viviente. Este campamento rodea a los fieles,
así que no pueden ser atacados desde ningún lado a menos que el adversario
pudiera abrirse paso por entre las trincheras del Señor de los ángeles. Tenemos
una protección fija, una vigilancia permanente. Con los mensajeros de Dios
sirviéndonos como centinelas, no seremos sorprendidos por inesperados asaltos,
ni seremos tragados por fuerzas irresistibles. Este versículo promete
liberación: liberación por medio del grandioso Capitán de nuestra salvación, y
obtendremos esa liberación una y otra vez hasta que nuestra guerra sea
completada y cambiemos el campo de conflicto por el hogar de reposo.
CHARLES SPURGEON -
(Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")