“Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no
se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para
acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla,
todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.” Lucas 14:28-30
Cristo sabía que muchos
de sus seguidores no tenían lo que se requería para acabar. Él sabía que
tirarían la toalla y no terminarían la carrera. Creo que ésta es la condición
más trágica posible para un creyente, haber empezado deseando asirse plenamente
de Cristo, crecer hasta ser un discípulo maduro y llegar a ser más como Jesús,
para luego apartarse. Tal persona es una que puso el cimiento y no pudo
terminar porque no calculó primeramente los gastos.
¡Qué gozo es poder
conocer a aquéllos que están terminando la carrera! Estos creyentes están creciendo en sabiduría y conocimiento de Cristo,
transformados a diario, a cada momento. Pablo les dice, en tono alentador:
“nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18). Estos creyentes no buscan el cielo,
¡sino a Cristo en su Gloria!
Yo sé que muchos de los
que están leyendo este mensaje en particular, están en el proceso de darse un
tiempo o dar un paso atrás. Pareciera ser un pequeño paso, pero producirá un
descenso súbito lejos de Su amor. Si esto es verdad para ti, date cuenta de que
el Espíritu Santo te está llamando a regresar por completo, de vuelta al
arrepentimiento, a la negación a ti mismo y a rendirte. Y en este mismísimo
momento, el tiempo es un factor importante. Si en algún momento quisiste asirte
de Cristo, es ahora ¡llega hasta el final!
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)