sábado, 5 de julio de 2014

Por tu propio bien ¡perdona! 5 julio




"...perdonaos... de la manera que cristo os perdonó..."  Colos 3:13


Una señora escribió: "Encontré a mi marido con otra mujer. Aunque me rogó que lo perdonara, yo quería vengarme, así que le pedí el divorcio, a pesar de que mis hijos me rogaron que no lo hiciese. Dos años después, mi marido todavía seguía intentando recuperarme, pero yo no quería nada con él. Me había herido y quería vengarme. Por fin se rindió, se casó con una viuda joven con dos niños y rehízo su vida sin mí. Ahora son todos felices y yo una mujer desgraciada y solitaria que permitió que la amargura le arruinara la vida". Ahora bien, no hay duda de que la infidelidad está mal, pero si no hay perdón, ¿qué queda? Hay un momento en el que la ira deja de ser un sentimiento normal y se convierte en una fuerza controladora. Igual que con las drogas, cada vez necesitas dosis más grandes. Una vez que estás así, te distancias más y más del perdón, porque sin la ira y el resentimiento no te quedan energías.

Eso es el motor de los grupos xenófobos y extremistas. Sin la amargura, no tienen razón de existir. Si les quitas la intolerancia a los racistas, la venganza a los fanáticos y el machismo a los sexistas, ¿qué les queda? "...Perdonaos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros" (Colosenses 3:13). La amargura es mortífera, puesto que mata el alma. Entonces, ¿cómo puedes dejar de amargarte cuando te han herido?

a) Mírale a la cara a quien te haya herido y ve, en su lugar, la cara de Aquél que tuvo misericordia contigo cuando nadie más te habría dado otra oportunidad.

b) Date cuenta de que antes de que acabe el día, la semana, el mes o el año, tú mismo también necesitarás que otra persona tenga misericordia de ti.


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")







TRADUCCIÓN